En la antigüedad la ciudad de Sevilla estuvo amurallada y el Arco de la Macarena es una de las antiguas puertas de acceso a la ciudad.
Las murallas fueron edificadas en tiempos de Julio César, sustituyendo las antiguas que son de la época cartaginesa.
Posteriormente los árabes, las fortalecieron y se mantuvieron hasta el siglo XIX, más tarde se derriban a raíz de la revolución de 1868, dejando sólo en pie la parte que va desde la Macarena hasta la Puerta de Córdoba y el Alcázar.
Muralla de Sevilla
En la actualidad, el Arco de la Macarena cobra gran importancia porque justo detrás se encuentra la Basílica de la Macarena, famosa figura de la procesión que sale la madrugada del Jueves Santo. El Arco de la Macarena se encuentra en la zona de Sevilla en dirección contraria al barrio del Arenal.