Después de miles de años, aun perduran las huellas que dejaron los romanos en la ciudad de Sevillla. El imperio romano se estableció en esta ciudad en el año 206 a.C. y fue derrotado por el reino visigodo en el Siglo V. Hasta entonces, la conocida Híspalis adquirió una gran importancia comercial e industrial siendo uno de los centros más importantes del Imperio.
El rastro de una civilización
I. La plaza de la Alfalfa, fue el foro romano. Esta zona se caracterizaba por tener edificaciones públicas, mercados y templos.
II. El Templo, se encontraba en el cruce de las calles Mármoles y Aire, podemos observar tres columnas prácticamente intactas.
III. Las columnas situadas en la Alameda de Hércules. Hoy en día sostienen las estatuas del emperador Julio César y Hércules, el fundador de la ciudad.
IV. Cardo Máximo y Decumano Máximo, se trata de las calles principales de la ciudad romana, una de ellas orientada de norte a sur y otra de este a oeste, en ella se ubicaba el centro comercial de la ciudad.
V. El acueducto, que aun hoy conserva la ciudad, muy cercano a la Puerta de Carmona.
VI. Las murallas del barrio de la Macarena, y es que hasta el propio nombre es romano, el cual significa propiedad de Macario.
VII. Antiquarium: mosaicos, columnas, murales y hasta casas se descubrieron al realizar las obras del Metropol Parasol.
A.R
